“MATRIMONIO COMERCIANTE PERNOCTA AL AIRE LIBRE PARA RESGUARDAR SUS MERCADERÍAS”
Minutos pasadas las 23:00 hs. de este domingo 26, en los alrededores del conocido “Lago de Popeye”, una pareja de comerciantes se dispuso a pasar la noche al calor de unas pocas brazas, con la intención de resguardar sus mercancías. Esta pareja se dedica a la comercialización de frutas y verduras, que se ofrecen a la venta en la esquina de Patricias Argentinas y Av. 19 de Abril, en el ingreso al puente que conduce hacia el barrio Cuyaya. Finalizado el horario comercial, comienza el verdadero trabajo para estos mercaderes: dormir a la intemperie, en una noche más que fresca, para cuidar sus bienes de la posible acción de los amigos de lo ajeno.
Durmiendo a la intemperie
La situación económica de nuestra Provincia es agobiante para todos, pero se hace sentir mucho más en invierno, sobre todo en los sectores carenciados. Vivir de la venta particular de frutas y verduras no es el negocio más rentable en este momento, a excepción de los grandes finqueros. Pero si hay algo más duro que regresar cansado a casa, luego de una dura jornada de trabajo, que solo fue redituable para solventar el pan del día, es no regresar a casa.
Hoy tengo la invaluable fortuna de estar cansado, muy cansado, pero bajo el techo de mi hogar. Espero que el lector de este artículo tenga también el coraje de reconocer sus pequeñas riquezas, que son prueba de nuestra infinita pobreza.
Minutos pasadas las 23:00 hs. de este domingo 26, en los alrededores del conocido “Lago de Popeye”, una pareja de comerciantes se dispuso a pasar la noche al calor de unas pocas brazas, con la intención de resguardar sus mercancías. Esta pareja se dedica a la comercialización de frutas y verduras, que se ofrecen a la venta en la esquina de Patricias Argentinas y Av. 19 de Abril, en el ingreso al puente que conduce hacia el barrio Cuyaya. Finalizado el horario comercial, comienza el verdadero trabajo para estos mercaderes: dormir a la intemperie, en una noche más que fresca, para cuidar sus bienes de la posible acción de los amigos de lo ajeno.
Durmiendo a la intemperie
La situación económica de nuestra Provincia es agobiante para todos, pero se hace sentir mucho más en invierno, sobre todo en los sectores carenciados. Vivir de la venta particular de frutas y verduras no es el negocio más rentable en este momento, a excepción de los grandes finqueros. Pero si hay algo más duro que regresar cansado a casa, luego de una dura jornada de trabajo, que solo fue redituable para solventar el pan del día, es no regresar a casa.
Hoy tengo la invaluable fortuna de estar cansado, muy cansado, pero bajo el techo de mi hogar. Espero que el lector de este artículo tenga también el coraje de reconocer sus pequeñas riquezas, que son prueba de nuestra infinita pobreza.
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